EL CONTROL Y LA CALIDAD DE LOS PENSAMIENTOS

Cuando un@ empieza a prestar atención a los pensamientos que le cruzan sin cesar por su mente va descubriendo situaciones que a mi me parecen muy interesantes. 
Una de ellas se refiere a la calidad de esos pensamientos: muchos son auténticamente superfluos, banales, irrelevantes, sin una base sólida,sobre temas que realmente no te interesan, juicios sobre el futuro, sobre el pasado. Juicios,juicios,juicios. 
Y siguiendo el hilo de esos juicios te puedes encontrar con que si te centras en una persona concreta, cercana a ti, y examinas los pensamientos-juicios- sobre ella, eres consciente enseguida de cómo la juzgas sin parar por lo que hace, por lo que no hace, por lo que debería hacer, por lo que no hizo, por lo que estás convencid@ de qué va a hacer…Agotador 
Y lo más impactante, para mí, es que observando más atentamente este movimiento puedo darme cuenta de que estoy encarcelando la imagen que tengo de esa persona en mis pensamientos-juicios. 
Aunque lo más sorprendente de esta mirada no es solo eso sino sobre todo ser consciente de que ese encarcelamiento que ahoga la imagen de esa persona (y muy probablemente a ella en nuestra relación) a su vez me encierra a mí en ese bagaje de pensamientos-juicios. Y yo también soy esclavo de ese torrente de calificaciones y descalificaciones. No me permito ser sorprendido por esa persona real y me obligo a ir por una senda de prejuicios y clichés que me conducen a relacionarme con esa persona de una determinada manera, convencid@ de que es la realidad. Y de ahí derivan miedos, movimientos de defensa/ataque, intentos de manipulación…
O sea, liberar la imagen del otro de mis pensamientos-juicios significa también que me libero yo. 
Qué alivio!!!!

8 min

QUIZÁS

Quizás hoy las cosas ya no se ven de la misma manera.

Quizás, solo quizás, los días empiezan a modelar nuevas actitudes y la incomprensión de lo que está sucediendo arriba a cotas más profundas.

Quizás, solo quizás, hay un grito, aún sofocado, de rebelión interna, de necesidad, cuanto apenas, de gritar sin ningún objetivo sin ninguna intención.

Quizás,solo quizás, se empieza a desvelar el impúdico deseo de recuperar o de tomar, por primera vez en nuestras vidas, las riendas de lo que nos sucede.

Quizás, solo quizás, nos empezamos a atrever a mirar lo que creemos una sima en nuestro interior.

Quizás,solo quizás, el descubrimiento de lo que realmente somos y podemos está emergiendo.

EL MAR DE LOS SARGAZOS

Camino por un mar de los sargazos infinito, listo para levantar el vuelo, admirado de mis resistencias, presto a escuchar y agradecer, ignorante, ignorante, pero necesariamente enganchado a una brújula de respuestas para poder navegar aquí, en la tierra. Presto a levantar el vuelo, a reconciliarme conmigo, a dar lo mejor de mí, a ser un punto en el universo. De amor

¿POR DÓNDE EMPEZAR?

Cuando un@ está perdid@, hundid@, bien jodid@, ¿por dónde empezar? Todo se viene abajo. No hay sino oscuridad. Y ahí necesitamos ayuda porque no sabemos qué hacer. Fundamentalmente no sabemos qué hacer.

Y yo diría que lo primero es acudir a lo básico: tratarme bien. ¿Y esto que significa? Pasear entre los árboles, tomar el sol, bailar, alimentarme bien, tomarme mi tiempo, escuchar buena música, intentar dormir lo más que pueda y quiera, escribir, escribir cualquier cosa que me venga, ver una buena película. Y cuidarme, escucharme.Sea lo que sea que ha sucedido no podía ser de otra forma. Y aquí, en esta tierra, no hay culpables. Hay aprendices.

El siguiente paso, para mí, es ser consciente de que no estamos sol@s: vivimos en un planeta lleno de seres humanos y no humanos. Y ahí, la palabra clave para salir del agujero es SERVIR: ¿Qué puedo hacer que no he hecho hasta ahora? ¿Cómo puedo ayudar, contribuir, colaborar?

Salir a la calle convencid@s de que somos útiles, necesari@s, importantes…y no en grandes cosas, en la vida cotidiana: siendo amable, prestando atención a los demás, dando lo mejor de nosotr@s en cada instante, relacionándonos con la gente que nos encontramos cada día.

Y esto no significa ser ñoñamente inocente o permitir que a un@ le hagan daño. O no sentirse responsable de nada. No. Significa ser profundamente consciente de todo lo que puedo aportar y dar, ya, en este momento. Y lo importante que es esto para mí y para el mundo.

Y, ahí, en el servir, en el estar completamente entregad@, atent@, amable y útil, ahí, empezamos a ser grandes, a ser auténtic@s, a salir del agujero, a ser human@s