Corremos entre ignorancias. 
Escuchamos, confiamos poco en el inconsciente que advierte. 
Nos negamos a creer en aquello que nos habla a gritos de lo que es, porque no nos encaja. 
Luego, la cara en vinagre, 
la lesión aumentada,
la confesión de los 
sentidos, 
la cuadratura del 
círculo. 
Y empiezas lentamente a entender, muy lentamente. 
Y eres,un poco, aquel que rechazabas. 
Y la imagen borrosa de lo que no veías se vuelve limpia. 
Y te preguntas, 
pero, dónde estaba yo?