Cuando un@ está perdid@, hundid@, bien jodid@, ¿por dónde empezar? Todo se viene abajo. No hay sino oscuridad. Y ahí necesitamos ayuda porque no sabemos qué hacer. Fundamentalmente no sabemos qué hacer.

Y yo diría que lo primero es acudir a lo básico: tratarme bien. ¿Y esto que significa? Pasear entre los árboles, tomar el sol, bailar, alimentarme bien, tomarme mi tiempo, escuchar buena música, intentar dormir lo más que pueda y quiera, escribir, escribir cualquier cosa que me venga, ver una buena película. Y cuidarme, escucharme.Sea lo que sea que ha sucedido no podía ser de otra forma. Y aquí, en esta tierra, no hay culpables. Hay aprendices.

El siguiente paso, para mí, es ser consciente de que no estamos sol@s: vivimos en un planeta lleno de seres humanos y no humanos. Y ahí, la palabra clave para salir del agujero es SERVIR: ¿Qué puedo hacer que no he hecho hasta ahora? ¿Cómo puedo ayudar, contribuir, colaborar?

Salir a la calle convencid@s de que somos útiles, necesari@s, importantes…y no en grandes cosas, en la vida cotidiana: siendo amable, prestando atención a los demás, dando lo mejor de nosotr@s en cada instante, relacionándonos con la gente que nos encontramos cada día.

Y esto no significa ser ñoñamente inocente o permitir que a un@ le hagan daño. O no sentirse responsable de nada. No. Significa ser profundamente consciente de todo lo que puedo aportar y dar, ya, en este momento. Y lo importante que es esto para mí y para el mundo.

Y, ahí, en el servir, en el estar completamente entregad@, atent@, amable y útil, ahí, empezamos a ser grandes, a ser auténtic@s, a salir del agujero, a ser human@s