Los cuerpos son las patas de los bolsillos, 
el pespunte de las azucenas, 
el sombraje de los olivos. 
Los cuerpos son la medida de las cosas, 
las cosas a mi medida. 
El zaguán de la vida. 
Los cuerpos son un mentidero de olvidos, 
una luna llena de nardos, 
un rostro indefinido.
Los cuerpos beben del mar, 
se embriagan con la emoción, 
se detienen en el pensamiento. 
Los cuerpos sueñan, 
si los dejamos, 
con volar más alto, 
con vivir su tiempo,
con trepar el cielo, 
con sentir muy hondo.
Los cuerpos son lo que 
nosotros vemos, 
lo que nos sustenta
nuestra propia esencia. 
Somos nosotros mismos,
inseparables.
Somos.
Los cuerpos, algo divino.