Pero, ¿cómo va a tener sentido la confusión? Somos un algo expresándose a través de alguien, según Sergi Torres. Esto es confusión (para mí, claro, para mí). Ni lo entiendo ni lo intuyo. Y así ando casi siempre: en la perplejidad… y con bastante confusión. Conozco a alguien, hablo con otr@ alguien: me confundo. ¿Cómo esa persona puede pensar eso? Pero, ¿de verdad piensa lo que yo creo que piensa?¿Por qué las cosas han de ser así (como yo creo que son)? ¿Cómo es posible? ¿No tendría que ser el mundo, la vida, de otra manera?: una línea recta donde se evoluciona lentamente, con esfuerzo y penalidades, pero en la que al final se consigue el éxito y un@ se ve recompensad@. ¿Por qué no es así? Y venga a buscar argumentos y razones para que encaje nuestra confusión (no asumida, no respetada, no reconocida, no valorada) en lo que creemos que es la vida. Teóricamente sabemos cómo funciona todo y así se lo transmitimos a nuestr@s hij@s y así nos lo transmitieron. Sin embargo, luego sales a la vida y esto no está nada claro. El manual no habla de muchas cosas que te suceden a diario. A veces ni siquiera hay libro de instrucciones. Y vuelta a la confusión. Una y otra vez. Con todo el sentido del mundo. El enorme sentido de descubrirnos que somos ignorantes. Que viva la humildad. Que está todo por descubrir. Que el universo no es lo que creo que es en su enorme inmensidad. Que, a lo mejor, la vida no es el hilo lógico que me dijeron y yo me creí. Así, la confusión reina por doquier y como al rey desnudo del cuento, nadie dice haberla visto. Aunque goza de muy buena salud y habita un rincón privilegiado en el fondo de cada un@. ¿Bendita confusión?